Historia

El Motel Los Colores es un reconocido escenario de la ciudad para el disfrute del erotismo con más de 35 años de servicio. Se encuentra ubicado en el Barrio San Pedro, una zona que ha atravesado múltiples transformaciones a lo largo de la historia de Medellín y que hoy requiere toda la atención, tanto de organizaciones públicas, como privadas para lograr traer de vuelta el esplendor y el brillo que gozaba el barrio en un pasado.

La historia de Los Colores se remonta a la década de los 60´s en el antiguo barrio Lovaina, un lugar en donde el color rojo, los espejos y la lencería eran protagonistas, en medio de noches pintadas de glamour, mezclado con el deseo de sus transeúntes. Allí, se encontraba el Burdel de La Nena, un centro de entretenimiento para adultos que operaba día y noche, donde el goce, el bolero y los tragos, amenizaban los jolgorios en la zona más erótica de Medellín. Con el paso del tiempo, esta zona que brillaba como los vestidos rojos de lentejuelas, comenzó a verse opacada por dinámicas insospechadas que recorrían la nueva Lovaina, propicias para la clandestinidad y las drogas.

En ese entonces Luis Carlos Padilla Rey, uno de los hijos de La Nena, comenzó a administrar el burdel de La Nena y desde allí, comenzó a buscar maneras para cambiar el rumbo de los burdeles como se conocían en la Medellín de antaño. Es por eso que en 1984 fundó lo que sería una de las primeras residencias de la ciudad: La Residencia Monte Carlo, posteriormente, conocida como Residencia Los Colores y finalmente, en el año 86, nombrada Motel Los Colores.

¨Padilla¨

Don Luis Carlos

Luis Carlos Padilla fue conocido como un líder en las calles de Lovaina gracias al amor que tenía por las esquinas en donde creció. Para él, hacer Sancochos comunitarios, Primeras Comuniones, Torneos de fútbol y entregar regalos en diciembre, eran formas de agradecer y buscar caminos para transformar la vida en su barrio. En las siguientes décadas, los pasillos de Los Colores se bañaron en piezas de artistas cómo Botero Lujan, Belarmino e incluso Julio Londoño, en gran parte, porque Luis Carlos, comprendió que el arte y la cultura son esenciales para cambiar el paradigma y la percepción frente al erotismo. Don Luis Carlos falleció en el año 1999 dejando no solo un espacio pensado para el disfrute de la sexualidad o una colección de arte gigantesca, sino también un gran vacío en la comunidad de Lovaina.

En la actualidad, Los Colores sigue más vivo que nunca y en memoria de Luis Carlos Padilla, su equipo continúa luchando por lograr una transformación social y cultural en un barrio con enormes problemáticas que afectan a sus habitantes.

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